A una mujer Guatemalteca que nos describe en desgarradoras palabras
su nefasta experiencia en una relación de maltratos, que nos demuestran que la
realidad puede muchas veces ser, mas cruel que la ficción.
Yo era una persona con muchos conflictos en la
vida. No era feliz en mi hogar. Viví
con mucha violencia verbal y física, tanto yo y mis 4 hijos. Pase mucho tiempo
deprimida, sin ilusiones de seguir adelante, no encontraba solución.
Constantemente venían a mi mente frases
dolorosas que mi esposo me decía en su tiempo de enojo y me torturaban.
También me tenía nerviosa, privada de tantas cosas; me controlaba por teléfono,
me ponía horario para poder platicar con amistades, esas fueron las primeras
cosas que me hacía, ya después vinieron los golpes, hasta sacarme sangre
y hacerme moretones en mi cara.
Nos
fuimos de nuestro país Guatemala en el año de 1998, con el propósito de salir
adelante con nuestros hijos, pero en lugar de eso, todo se tornó más gris; se hizo más difícil mi vida. Llegamos a
México a pasar penas, allí siguieron los golpes y el abuso verbal. Fue el
tiempo más duro que tuve en mi matrimonio, mi esposo golpeaba a mis hijos con ira y con rencor. Me golpeaba tanto a mí,
que a causa de esto perdí un bebé.
Estaba insegura de lo que quería hacer, pensaba venirme sola a Estados Unidos
con mis 3 hijos, pero había algo que me detenía a no hacerlo (…). Cuando yo
tenía 8 meses de embarazo, nos vinimos para acá (E.U.A), sin dinero y sin
ropa. Llegamos a una casa de refugio en la Cd. De Houston, Tx., llamada
"Casa Juan Diego", ahí estuvimos por un tiempo y fue ahí donde nació
mi cuarta niña. Mi esposo me sacó de esa casa, y ya al estar juntos, a las dos
semanas de haber dado a luz, me pegó en
el estómago 3 manotadas hasta sacarme el aire, me agarró del cabello
y de los brazos y me arrastró en la alfombra.
Yo ya
estaba cansada de tantos golpes y le pedía a Dios una nueva vida para mis hijos
y para mí. No encontraba solución y así seguía pasando el tiempo; tuvimos otro
pleito, porque él era muy violento, la
ira y el rencor se sentían en cada golpe. Un día me golpeó con las llaves
en la cabeza haciéndome una herida. En ese entonces yo estudiaba inglés
en la escuela donde mis hijos estudiaban. Me miró la maestra porque yo estaba
triste, porque no ponía atención, habló conmigo y yo le expresé mis
sentimientos, y fue cuando ella notó que me
salía sangre, me llevó a la enfermería de la escuela, y de ahí me
trasladaron a un Shelter (refugio para mujeres que sufren violencia). En ese
tiempo no sabía de la ley en E.U. Me regresé con mi esposo porque él me decía
que me quitaría a mis hijos; empecé de nuevo, me prometió muchas cosas y me
pidió perdón. Pero no cumplió, él cambio para mal, ahora me gritaba, me escupía
la cara, me dejaba encerrada en el apartamento, y hasta hubo una vez que me
dejó una semana sin comida. Siempre
me decía que me quería ver de prostituta, si yo quería sacar a mis hijos
adelante.En Octubre 29 del 2000, el C.P.S. me
quitó a mis niños, por violencia doméstica y descuido al menor…
[Reportaje
aportado por http://www.mujertuvalesmucho.org/testimonioviolencia.html a la seccion “Reportajes En
Primera Persona”]

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